Es muy importante instruir a los niños, ya desde muy pequeños a tener una buena higiene y cuidar su salud dental. Trabajar con ellos poco a poco el hábito del cepillado, ayudándoles cuando sea necesario y acudir a revisiones periódicas con su dentista, es la manera de no desarrollar miedo al dentista y aprender lo importante que es cuidarse la boca y los dientes.

Por otro lado también es necesario detectar malos hábitos, como el de mantener el chupete o succionarse el dedo después de los 2 años, lo cual provocaría una deformación del maxilar.

Entre los problemas más habituales que se encuentran cuando se realiza una exploración clínica a estas edades, cabe destacar traumatismos, caries, problemas de erupción o de posición (dientes mal alineados), higiene deficiente, dieta no adecuada.

En cada caso, después de una rigurosa valoración se le expondrán los problemas detectados y la posible solución de los mismos, tanto desde el punto de vista de la prevención (muy importante en esta edad), la reconducción de hábitos que no sean adecuados y el tratamiento de las diversas patologías que se pudieran diagnosticar.