No solemos fijarnos en ella, pero deberíamos prestarle atención

No solemos fijarnos en ella y es algo que deberíamos hacer porque sus alteraciones pueden ser indicativas de algún problema de salud más o menos grave.

Manchas blanquecinas: Suelen ser producidas por el hongo candida (candidiasis), pero también pueden deberse a una falta de hidratación, a problemas intestinales o a un efecto secundario de algún medicamento.

Enrojecimiento: Por deficiencia de alguna vitamina, ácido fólico o hierro. También por algún proceso inflamatorio  (que también puede desencadenarse en situaciones de estrés, ansiedad o nerviosismo).

Ennegrecida o oscura: Puede deberse a algún tipo de infección, diabetes o tabaquismo. Es habitual en pacientes sometidos a tratamientos de quimioterapia.

Líneas o surcos blancos: Por alguna enfermedad autoinmune.

Llagas o heridas: Si aparecen en los laterales puede deberse a un problema de bruxismo. Si no es así y no desaparecen en tres días acuda al dentista para que las revise, pueden ser indicativas de un cáncer oral.

Irritación: Por consumo de determinados alimentos o bebidas, si están demasiado calientes o picantes.

Si detectas alguna de ellas debes acudir a la consulta de tu odontólogo para que pueda realizar un diagnóstico de tu caso.

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